Nitrógeno nítrico: Puede ser absorbido por la planta directamente. Llega a las raíces por la corriente de agua que se origina en el suelo por la transpiración del cultivo.

Nitrógeno amoniacal: Se absorbe directamente por la planta. Su forma química permite una asimilación más rápida dentro de la planta y tiene mayor efecto estimulante. Por su forma química, puede ser retenido en el complejo de cambio del suelo, evitando pérdidas por lixiviación.

Nitrógeno amídico: Según la temperatura y actividad biológica del suelo, esta forma de nitrógeno permite una cesión paulatina del nitrógeno asimilable para el cultivo, garantizando la disponibilidad del nutriente a mediano plazo.

Nitrón posee una composición química que genera reacción ácida en los suelos. Esto mejora la disponibilidad de nutrientes en la zona de la rizósfera, logrando un mejor aprovechamiento de nutrientes del suelo y contribuyendo al crecimiento equilibrado de las plantas.